miércoles, 25 de abril de 2018




El escritor nicaragüense 
Sergio Ramírez, 
al recibir del Rey Felipe VI de España el Premio Cervantes 2017, ha dicho: 
“Me siento un hijo de Cervantes y Darío”.

Enhorabuena, compatriota inevitable. Felicidades.

“Me llena de gran alegría y satisfacción, es el premio más alto que se concede en la lengua castellana y yo lo recibo como un estímulo a mi carrera literaria.

No diría que es una culminación, (porque) las carreras literarias no culminan en vida nunca.

Me siento con la energía suficiente para seguir adelante. Es un impulso que recibo para completar una vida literaria que yo todavía veo a medio camino.”



jueves, 19 de abril de 2018

Muestra poética de
Iván Uriarte
                en importante publicación digital europea.
El 11 de abril del 2018, el sitio digital “Crear en Salamanca”, con sede en España, donde se publica la poesía de los poetas salmantinos y con puertas abiertas para la literatura iberoamericana, publicó una muestra de la poesía del poeta nicaragüense Iván Uriarte. Los poemas de Uriarte ahí  publicadas fueron seleccionadas por el laureado poeta y ensayista peruano-español Alfredo Pérez Alencart (profesor en la universidad de Salamanca), quien los tomó de los libros “Genealogía de las Puertas (2011)” y “Roque Dalton entra en el tercer milenio y otros poemas (2013)”. Ambos libros forman parte de la vasta producción literaria que posee el poeta Uriarte, y por la cual ha sido galardonado dos veces con el premio nacional e internacional de Poesía Rubén Darío, en las ediciones del año 1,999 y del año 2016, respectivamente.

Enhorabuena, poeta Uriarte. Y por ello le hemos dirigido desde aquí las siguientes palabras:

DISPÉRSENSE TANTOS VIGORES UNIDOS.

¡Ah, nuestro poeta Uriarte!
puente de la poesía nueva,
recolector de frutos
en campos agrestes.
Ya es tiempo de abrir las plumas
e imprimir las palabras
en las páginas blancas
que remontan el vuelo
por  todos los cielos del mundo. 
Ng. Nicaragua 19/04/2018

martes, 17 de abril de 2018


DEMOS VIDA A LA TIERRA.

Voy sobre los rieles de la vida
bajo el alba de mis años,
y me pregunto: ¿quién hizo esta casa grande
en que habitamos los vivientes?
y ¿quién puso ahí aquel césped verde
y esas boscosas montañas
de donde viene un río de aguas cristalinas?

De pronto, deslumbrado por el haz
de un rayo disparado por el tiempo,
me vuelvo a preguntar: ¿quién puso
las desnudas piedras en lugar del césped
y cómo desapareció la estepa
que bailaba al son del viento
y dejó sin vida a las aguas de aquel río?
Y reclamo: ¡Cómo se podrá traer de nuevo todo lo perdido..!

Y aparece frente a mí, como salido de la nada,
un rostro triste, nadando en lágrimas toda la redondez
de su inocencia; y me dice: “soy la tierra.
Me desmayo; agonizo; muero…
Dame tu mano; un poco de tu vida quiero.…”




Richard Wilson A. NG. 17/04/1992





MI MADRE

Era un mozuelo todavía
cuando una rara fiebre amenazó mi vida.
Era en un lecho amargo de dolor
donde palidecían mis huesos.
No hallaba la paz conmigo,
sentía que sin solución moría.
Pero desde lejos vino una dama
y se acercó al pie de mi cama,
y, poniendo sobre mi frente su mano,
trajo sosiego a mi alma
y alivio a mi corazón;
y desparecieron dolor y fiebre
con solo el toque de su amor.

Richard Wilson A. NG. 17/04/1992