martes, 17 de abril de 2018


DEMOS VIDA A LA TIERRA.

Voy sobre los rieles de la vida
bajo el alba de mis años,
y me pregunto: ¿quién hizo esta casa grande
en que habitamos los vivientes?
y ¿quién puso ahí aquel césped verde
y esas boscosas montañas
de donde viene un río de aguas cristalinas?

De pronto, deslumbrado por el haz
de un rayo disparado por el tiempo,
me vuelvo a preguntar: ¿quién puso
las desnudas piedras en lugar del césped
y cómo desapareció la estepa
que bailaba al son del viento
y dejó sin vida a las aguas de aquel río?
Y reclamo: ¡Cómo se podrá traer de nuevo todo lo perdido..!

Y aparece frente a mí, como salido de la nada,
un rostro triste, nadando en lágrimas toda la redondez
de su inocencia; y me dice: “soy la tierra.
Me desmayo; agonizo; muero…
Dame tu mano; un poco de tu vida quiero.…”




Richard Wilson A. NG. 17/04/1992





MI MADRE

Era un mozuelo todavía
cuando una rara fiebre amenazó mi vida.
Era en un lecho amargo de dolor
donde palidecían mis huesos.
No hallaba la paz conmigo,
sentía que sin solución moría.
Pero desde lejos vino una dama
y se acercó al pie de mi cama,
y, poniendo sobre mi frente su mano,
trajo sosiego a mi alma
y alivio a mi corazón;
y desparecieron dolor y fiebre
con solo el toque de su amor.

Richard Wilson A. NG. 17/04/1992

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