DEMOS VIDA A LA TIERRA.
Voy
sobre los rieles de la vida
bajo
el alba de mis años,
y
me pregunto: ¿quién hizo esta casa grande
en
que habitamos los vivientes?
y
¿quién puso ahí aquel césped verde
y
esas boscosas montañas
de
donde viene un río de aguas cristalinas?
De
pronto, deslumbrado por el haz
de
un rayo disparado por el tiempo,
me
vuelvo a preguntar: ¿quién puso
las
desnudas piedras en lugar del césped
y
cómo desapareció la estepa
que
bailaba al son del viento
y
dejó sin vida a las aguas de aquel río?
Y
reclamo: ¡Cómo se podrá traer de nuevo todo lo perdido..!
Y
aparece frente a mí, como salido de la nada,
un
rostro triste, nadando en lágrimas toda la redondez
de
su inocencia; y me dice: “soy la tierra.
Me desmayo; agonizo;
muero…
Dame tu mano; un poco de
tu vida quiero.…”
Richard Wilson A. NG. 17/04/1992
MI MADRE
Era
un mozuelo todavía
cuando
una rara fiebre amenazó mi vida.
Era
en un lecho amargo de dolor
donde
palidecían mis huesos.
No
hallaba la paz conmigo,
sentía
que sin solución moría.
Pero
desde lejos vino una dama
y
se acercó al pie de mi cama,
y,
poniendo sobre mi frente su mano,
trajo
sosiego a mi alma
y
alivio a mi corazón;
y
desparecieron dolor y fiebre
con
solo el toque de su amor.
Richard Wilson A. NG. 17/04/1992
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