lunes, 30 de octubre de 2017



LA POESIA
-¿Y qué es la poesía?
-La poesía, hijo mío, es
una mariposa de bellos colores
y alegre volar
que un niño
meditando observa
mientras con sus manos  su cara sostiene
pensando en la nada.
La poesía, hijo mío, es
contemplar el vuelo
de aquel gorrioncillo que aletea fino
sobre el chagüite
que ha sido regado
por un buen invierno y el sol tropical.

-¿Y qué es la poesía?
-Hijo mío, la poesía es
aquella mujer que te trajo al mundo
para verte un hombre con temor  de Dios.

La poesía, hijo mío, es
no tocar lo ajeno
y ganar la vida con tesón y honor,
para que algún día,
tu padre y tu madre
felices te den una bendición.
Hijo mío, la poesía es
hacer el bien sin mirar a quién;
del bien gozar y nunca del mal;
y amar a Dios con el corazón.

NG. octubre del 2,009

jueves, 26 de octubre de 2017


INCONFESABLE
La fragancia de tu lacio cabello a vuelo libre lleva la brisa
y la empuja hasta donde se encuentra conmigo.
Se produce el abrazo entre el mar y el sol, 
y, en el horizonte, de mi pena se consuma el consuelo.
Sólo así se calman las ansias de mi estro encendido. 
No hay otro modo de apagar la sed de este potro,
no existe manera de acallarle el relincho; 
es la única forma de dejarlo quedo. 

Deja volar tu imaginación
y tus emociones vean
cómo te poseo 
en medio de la nada.
Llena mi todo solo respirar 
el olor de tu natural aureola.
Al fundirte conmigo 
la felicidad toma cuerpo tangible. 

Las lujuriosas palabras que de mi boca salen,
perdona si te fueren hirientes;
discúlpame por ser insinuante,
pero es que eres la tentación hecha carne... 
Deja vaciar mis tristezas en tus femeniles encantos.

NG. Febrero del 2,010

sábado, 14 de octubre de 2017



CANTO TROPICAL

“A cada día su afán”, dijo el Maestro.
“A cada día su canto matinal”, dice el poeta.

A cada día dan la bienvenida:
el cenzontle con su verde canto;
el pijul con su “juli, juli”;
la paloma con su “tuy, tu, tuy”, y su “arrú, arrú”;
la oropéndola con su arpegio desgajado,
pendiendo de su saco allá en la copa silvestre colgado;
el gallo colorado con su cantar cronometrado;
el sargentillo de gorjeo fino;
la viuda silbando abandonada;
el güis con su “fli, fli” desorientado;
la gongolona zumbando “ronca, ronca”
en los rincones oscuros de los montes;
el guás, clamando en ramas secas
por más lluvias;
El gavilán, silbando agudo cuando espera
uno… dos…  tres, el descuido de la presa inadvertida;
la bandada verde de chocoyos
en vuelos festinados;
las lapas de verdes chaquetas y rojos sombreros,
alborozadas entre los múltiples brazos de los arboles;
las verdiamarillas loras enfiestadas sobre el naranjal
que con esperanza el campesino ha cultivado;
el simbólico tucán
con su vuelo bullicioso y tropical;
y el zanate tornasol y bullanguero
con su graznido de perro garroteado.
Todos los animales de hábitos diurnos,
bailan, cantan, revolotean y pillan
al nacer un nuevo sol de oros encendidos
en cada día que ha venido.

¡Ah!, pero también los animales de la noche
se suben asidos entre sí de sus manos al coche,
en ese carruaje de tropicales alegrías;
y, aunque les estorbe la luz en sus pupilas,
danza la pororoca que todo lo alborota;
salta la comadreja por donde menos se espera,
chillan las ratas huyendo de las gatas;
maúlla el búho como el gato garabato;
pipiriciego el murciélago,
tropieza y tropieza, va y viene, y atrás no queda;
y la lechuza, con sus anteojos bien puestos,
despide a la luna y da la bienvenida a la aurora cada día.
 
Y, así, congregados todos y todas a la orilla de un torrente cristalino,
inician y terminan cantándole a la albura.
Y ve El Creador que ha sido bueno
que agua, sol y frutas de vivos
colores, con las que los ánimos renueva,
cada día y cada noche llueva.

LA VIDA, EL TEDIO, LA POBREZA Y VOS.
Escribiré sobre lo liviano, esta vez:
El aire, la luz, la esperanza y yo.

También lo haré sobre aquello que se me hace pesado:
La vida, el tedio, la pobreza, y vos.

El aire me da vida y lo llevo conmigo como a mí mismo;
La luz de mis faros café, me guía y me evita tropezar;
La esperanza, para vivir mañana un nuevo día;
Y yo, que llevo el aire; veo la luz; y aun abrigo la esperanza.

La Vida, que me abandonará sin que pueda saber cuándo;
El tedio, fardo que llevo a cuesta y oscurece mi existencia con los golpes de su mazo;
La pobreza, maldición que se encarnó en mí estado de ánimo;
Y vos, a quien, aunque no estés conmigo, estoy a plena voluntad atado.  

NG. abril del 2017


MANIFESTACIÓN DE FE

Muy temprano me levanto
y me cubre la neblina
mientras mi alma se encamina
hacia el cielo con su canto
dedicado a Dios Santo.
De la fresca pluvioselva,
cual Moisés, espero vuelva
esa voz, que es brisa y trueno,
de El Señor, el siempre bueno,
y mis clamores resuelva.

Como cada amanecer,
al concierto del “can can”
del lorito y el tucán,
empiézame a crecer
la fe en ti, divino ser.
Por eso, antes de dar sal
a la vaca, y no ir mal,
levantado del tapezco
mi contacto yo establezco
en la aurora matinal.
NG. Octubre del 2002