El Premio Nobel
también se quedó sin
Nicanor Parra.
Dio el paso hacia la perpetuidad
cuando él quiso.
Y su espiritu dice:
“Voy y vuelvo”.
Porque yace entre nosotros con más ímpetu.
RW.
Reconocida con otros
galardones y cargada de fama internacional, la obra literaria del poeta chileno
Nicanor Parra, no fue reconocida por el Premio Nobel de Literatura. Quizás
porque el Comité de Estocolmo se hizo el
sueco, o tal vez las aparentes vacilaciones ideológicas del postulado
inclinaron la balanza hacia el no. De cualquier modo, Nicanor Parra pasa a
formar parte de la selecta lista que integran: Rubén Darío, el gran poeta y
prosista nicaragüense, renovador de la lengua de Cervantes; Carlos Fuentes, mejicano
autor de obras magistrales; Jorge Luis Borges, el sin par literato argentino;
Juan Rulfo, también mejicano, célebre por decir mucho con pocas palabras, tal
lo muestran sus imperecederas e influyentes obras El llano en llamas y Pedro
Páramo; Julio Cortázar, otro argentino de incomparable producción
literaria; León Tolstoi, el célebre escritor ruso; James Joyce, el escritor
irlandés de espléndida prosa; Virginia Woolf, la británica autora de
sustanciosa obra poética, ensayística y narrativa; y el mismo austrohúngaro Franz
Kafka, autor de admirables piezas narrativas y poéticas. Todos fueron evadidos
por el Premio Nobel, algunos, –tal vez-, por razones ideológicas.

Perteneció
a una modesta familia compuesta de ocho hermanos, quienes nacieron del
matrimonio conformado por el músico y profesor Nicanor Parra y la modista
campesina, cantora de música folclórica, Rosa Clara Sandoval Navarrete.
A
los dieciocho años de edad, despues de haberse graduado en los estudios
primarios, salió de su seno familiar para establecerse en Santiago, la capital
chilena. Ahí realizó estudios secundarios e hizo amistad con personas con
quienes, a su vez, desarrolló afinidad artistica. Y según sus palabras, ahí
tambien gestó las ideas de lo que enseguida se derivaría en la antipoesía.
En
el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile, estudió Matemáticas y
Física; aunque tambien intentó estudiar ingeniería, leyes e ingles, estos
estudios los abandonó al solo iniciarlos. Para sufragar los gastos de sus
estudios, tuvo que trabajar como inspector en un internado educativo; local en
el que también junto a dos de sus amigos, fundó la Revista Nueva, la que distribuía entre docentes y estudiantes; y en
donde realizó sus primeras publicaciones. Entre sus primeras producciones
literarias, está el cuento “Gato en el camino”, un insolente poema en verso
libre que le trajo consigo una reprimenda por parte de las autoridades de aquel
centro educativo. A través de la Antologia
de poesía chilena nueva conoció a los exponentes de la poesia
contemporanea; y de este modo se interesó por los poetas chilenos y españoles
de ese tiempo, así como por la literatura traducida de los surrealistas
franceses y otras vanguardias europeas como el dadaismo.
En 1937 alcanzó el grado de profesor de matemáticas por la
universidad de Chile, y bregó por el siempre honroso camino de la docencia,
compartiendo saberes en las matematicas y en la física. Este año publicó su
primer poemario titulado “Cancionero sin
nombre”, el que resultó muy influenciado por la obra de Federico García
Lorca. En la ciudad de Chillán, donde impartía clases de Matematicas y Física,
fue nombrado poeta laureado en la Fiesta de la Primavera; y fue ahí donde se
encontró por primera vez con el gran poeta Pablo Neruda, quien a la sazón
andaba de gira politica en quel lugar.
Un
año despues, en 1938, la municipalidad de Santiago le otorgó el Premio Municipal de Poesía, por su
primer poemario. Fue en ese contexto que, en un acto de homenaje a la excelsa
poetisa Gabriela Mistral, le dedicó el poema “Canto a la escuela”; por lo que
Mistral lo elogio diciendo que sería “el futuro poeta de chile”. En este año
fue cuando Parra se introdujo en la poesía de Walt Whitman, a traés de la
traduccion del poeta uruguayo Alvaro Armando Vasseur.
A
causa del terremoto ocurrido en Chillán (Chile), en enero 1939, retornó a
Santiago donde siguió en la docencia. En este año es incluido en la Antología “Ocho nuevos poetas chilenos”, luego en
la antología “Tres poetas chilenos”
(en 1942); y mientras tanto, seguía hurgando sobre nuevas formas de hacer
poesía.
En
1943, gracias a una beca que le otorgó el Instituto
of International Education, viajó a los Estados Unidos, para estudiar un
postgrado en mecánica avanzada en la Universidad Brown (Providence, Rhode
Island). Y retornó a Chile en 1946. Luego, en 1949, fue a realizar estudios
sobre cosmología a la Universidad de Oxford, Inglaterra, donde permaneció hasta
1952. Ahí leyó mucha literatura clásica; y se casó con la sueca Inga Palmen con
quien regresó a Chile. En su país, junto
al poeta Enrique Lihn y el artista Alejandro Jodorowsky, montó “Quebrantahuesos”, una exposición de
poesía mural realizada con recortes de periódicos, utilizando la técnica del colllage. Las vivencias en el extranjero
le dieron elementos para gestar su segundo poemario “Poemas y antipoemas”
(1954). Y fue aquí donde este autor trajo el nuevo concepto de ANTIPOESÍA, con el cual muestra oposición a toda la
poesía tradicional imperante en Chile, liderada por Pablo Neruda, Vicente
Huidobro y Pablo de Rokha. A partir de esta obra y nueva manera de hacer
poesía, el autor comienza una intensa actividad literaria que lo da a conocer a
nivel nacional e internacional. Consagrándose, entonces, como maestro permanente
y con profunda influencia literaria a través de su poesía. Siendo su obra
literaria traducida al ingles, al francés, al sueco, al ruso, al checo, al
filandés, al portugués, y a otros idiomas.

El abril de 1970 participó en el Festival
Internacional de Poesía promovido por la Biblioteca del Congreso de Estados
Unidos, en Washington D.C. Luego de algunas producciones y actividades
literarias durante los setentas, en 1982 publicó sus “Ecopoemas”, haciendo con ellos una propuesta ecológica alternativa
al socialismo y al capitalismo, para
entonces trabados en la Guerra Fría. Desde esta torre, que mantuvo durante las
décadas del ochenta y del noventa, hizo sus críticas al poder público con una
perspectiva no ideológica. Y en este contexto produjo “Chistes parra desorientar a la policía poesía”
(1983), y “Poesía política (1983) y “Coplas de navidad” (1983).
Diversas personas naturales y jurídicas lo postularon
al premio Nobel de Literatura, tres veces (en 1995, 1997 y 2000). En el último
intento sus postulantes realizaron conferencias, conversatorios, exposiciones
en torno a la antipoesía, en la Universidad de Chile, promoviendo en todo esto
su vida y su obra literaria. Pero, aun así, el Premio Nobel decidió quedarse
sin él. No obstante, España, la madre patria, sí lo acogió, y en el 2001, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana
le fue concedido.
Tomando como pretexto los premios y distinciones
obtenidas, expresó su crítica social escribiendo “Discursos de sobremesa”, de los cuales formó el libro homónimo publicado
en el 2006.
Meritorio es decir que su producción artística
denominada “Artefactos visuales”, que consisten en instalaciones a base de
reciclaje, y con lo cual se materializa la idea del antipoema, fueron presentados
en Madrid, España, y en Santiago de Chile en el 2001.
De su producción literaria, en el año 2006, se hizo
una exposición denominada “Obras públicas”, la cual causó gran impacto en la nación
austral latinoamericana. Ese mismo año fue publicada la “Obra completa &
algo +”, con su producción literaria comprendida entre 1935 y 1972; y de su
primer volumen tuvo exitosas ventas en la Feria Internacional del libro de
Santiago.
El uno de diciembre del 2011, obtuvo el Premio
Cervantes, siendo el tercer chileno en obtenerlo, después de Jorque Edwards, en
1999, y Gonzalo Rojas, en el 2003. En aquel momento, Carmen Caffarel, entonces
directora del Instituto Cervantes, al efecto argumentó: «el Premio Cervantes reconoce esta vez no solo la valía de un creador
universal, sino también la necesidad de la búsqueda de nuevas formas de
expresión y la exploración de las fronteras comunicativas del ser humano».
En junio siete del 2012 le fue otorgado el Premio
Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda, por su trayectoria y aporte a la
literatura hispanoamericana.
En el año 2014, al cumplir cien años de edad, Chile
organizó actividades conmemorativas a su vida y a su obra, realizando las exposiciones
denominadas “Artefactos” y “Parrafraseo”, durante las cuales se trabajó su
poema “El hombre imaginario”.
Mientras residía en la localidad de La Reina, Chile,
la muerte le hizo el jalón de mano el 23 de enero del 2018. Para entonces, su
reloj biológico marcaba 103 años, cuatro meses y 18 días de marcha.
Su gran legado es saber hacer sin imitar a nadie, y,
antes bien, intentar renovarlo todo. Pues, él mismo lo decía: “…yo no soy derechista ni izquierdista// yo
simplemente rompo con todo”. Y, vaya que sí, porque aun siendo de sobra
merecedor del Premio Nobel de Literatura, dejó a este galardón sin su nombre,
al igual que los grandes y extraordinarios mencionados al inicio.
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