EL NIÑO Y LOS TRANQUES
Los
miembros de la familia, buscando aire fresco, unos tras otros salieron al patio
posterior de la casa. Ahí se sentaron formando un círculo y siguieron hablando
de la situación sociopolítica del país. De pronto, el niño, a quien creían ajeno
a cuestiones de adultos, abandonó su juguete y corrió a meterse entre las
piernas de su padre; y, con evidente nerviosismo, dijo:
-Sin
los tranques, tengo miedo y me siento inseguro.
Y
todos enmudecieron ante aquella ocurrencia infantil.
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