viernes, 21 de septiembre de 2018


SÉ VOS MISMO Y CAMBIARÁS EL MUNDO
No creas, no sigas, 
no admires, no imites 
al que habla de unidad 
pero en su hogar riñe 
y se destroza con los suyos;
al que habla de dar paso al joven,
pero se le ubica en la escalera
para que no suba;
al que te aconseja tolerancia,
pero vocifera contra el latir
del corazón de su vecino;
del que dice tener firme
y social pertenencia,
pero es miembro de corporaciones
cuyas sopas de letras
que las identifican
son más grandes que el
número de sus integrantes;
del que se jacta de tener
despercudido y terso el rostro,
pero sus manchas y arrugas lo delatan;
del que dice ser imagen de alta definición,
pero su retrato siempre luce macilento y envejecido;
del que afirma elevar la bandera patria
al más alto mástil de la veneración y del respeto,
pero a solas se abriga y se trapea con ella
y, peor aún, la negocia y la entrega, y sin escrúpulos,
por unas cuantas monedas de plata
al foráneo del Este o del Oeste;
del que habla de honor,
pero se entrega al mejor postor,
y claudica ante todo mísero chantaje;
del que asevera tener la verdad,
pero en la primera vuelta del camino
tiene amarrado el caballo de la mentira
sobre el que cabalga con el sable del engaño
para herir al primer ingenuo y desafortunado
que encuentre en su maloso destino;
del que arguye tener todos los elogios y los votos,
pero ni el loro de su casa dice una palabra a su favor;
del que grita ser guía del pueblo,
pero no lo sigue ni el perro de su patio.
No creas, no sigas, no admires, no imites a nadie.
Sé vos, en vos; sé vos mismo;
y comenzarás a ver cómo cambia el mundo.

miércoles, 5 de septiembre de 2018

EL POETA ARMANDO INCER (1930-2018), HA MUERTO;
LA NACIÓN YARRINCE ES MÁS PEQUEÑA.
El canto vuela vestido de dolor,
mientras el Guás
(Herpetotheres cachinnans)
lleva de tristeza cubiertas sus alas.
Desde Boaco, afligida va su trova,
la lleva por Camoapa,
y se oye en Comalapa, en Juigalpa,
despierta el sueño de Yarrince en Apompuá,
y luego se extiende hasta Acoyapa.
Su congoja es por la muerte de Incer Armando,
el poeta culto y oculto,
quien se ha rendido ante la matrona de la hoz
allá entre los dos pisos de su casa natal.
Ahora la nación yarrince es más pequeña,
y el mundo pesa más.


Si. La nación de Yarrince, aquel político autóctono cuyas extensiones por él gobernadas en pleno siglo XVIII, abarcaban los actuales departamentos de Boaco y Chontales, se ha contraído por la ausencia del poeta Incer. Y, contrario a lo que dijo don Emilio Castelar a la muerte del gran Víctor Hugo de Francia, el mundo pesa más, porque se ha ido el que nos ayudaba a cargar los desmanes y excesos que cada vez hacen al orbe más pesado.  Carga que nos hacía liviana con su labor de médico, con su palabra de poeta, con sus lecciones de historia, y con todo su ímpetu cultural.

Este consumando humanista predestinado a llamarse Armando Incer, vio germinar su semilla en Boaco, Nicaragua, tierra aborigen, el 16 de febrero de 1930; y ahí mismo creció, y vio florecer su robusto árbol, el que derribado por el peso de sus 88 años, el 26 de julio del 2018. Estudió medicina en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, en León, e hizo estudios de postgrado en Francia. Sirvió a su comunidad de donde nunca quiso salir para establecerse en otras partes del mundo, aunque las circunstancias se lo hayan ofrecido. Por antonomasia es el historiador de Boaco, por lo tanto, su perpetuo vocero. Su casa cuenta su obra. Hizo de su vivienda un verdadero museo de la historia local y nacional. Ahí, hay variadas piezas arqueológicas y literarias, todas relativas a la historia y al arte precolombino y a la difícil etapa colonial, tanto de su entorno inmediato, como de la Costa Caribe y del resto de Nicaragua. De acuerdo a referencias del doctor Jaime Incer, hermano del poeta Armando Incer, el guerrillero Augusto Nicolás Calderón Sandino y el general José María Moncada, allá por el año 1927, estuvieron en esa ahora Casa-museo. “En esta casa estaba Sandino cuando se rebeló y decidió continuar su lucha anti-imperialista”, afirma el doctor Jaime Incer Barquero. Y añade también que en esta casa vivió el general Rigoberto Cabezas Figueroa, el incorporador de la Costa de la Mosquitia al territorio nicaragüense en 1894. Por lo que no es casual que la residencia del poeta Armando Incer, fuese y sea visitada por docentes, estudiantes e intelectuales nacionales y extranjeros.

El doctor armando Incer escribió poesía, ensayos y biografías. Junto a varios escritores, entre ellos el poeta Flavio Tijerino, a partir de 1951 conformó el núcleo literario boaqueño denominado “Grupo U”, donde, además de la poesía, se promocionó el teatro. Por sus méritos intelectuales y académicos, llegó a ser miembro correspondiente de la Academia Nicaragüense dela Lengua; y en el año 2014 recibió la distinción “El Autor y su Obra”, de parte del Festival Internacional de Poesía de Granada. Además de otros méritos. Siempre será tenido en alta estima como gran maestro, pues, deja un legado intelectual no solo para su Boaco natal, sino para toda Nicaragua. Su obra debe ser divulgada y estudiada a fin de extraerle la savia humana que contiene.  De su cosecha artística, según la poeta boaqueña Martha Leonor González, son los poemarios y obras en prosa: Huérfano esquife; Debo la Sed; La guerra predilecta; Breve historia de Boaco; A pedir de boca;  Todos somos mi palabra, en la que lega una poesía muy sentida, que transpira un aire de despedida y se carga de recuerdos y de alusiones familiares. Asimismo, se cuenta entre su obra el libro inédito sobre la vida del religioso José Nieborowsky (1866-1942), uno de los fundadores de la actual ciudad de Boaco.

Además de su obra académica e intelectual, el doctor Armando Incer tuvo destacada participación social por sus servicios médicos como cardiólogo. Y no menos importante fue su labor como alcalde de su ciudad, función que ejerció de 1990 a 1996, con gran ejemplo de tolerancia y accesibilidad política.

Quizás la nación yarrince es más pequeña por su ausencia, pero el poeta, con su canto la avizora como leal centinela, y dice: “¿Qué ojo ya marchito –antiquísimo o menos antiquísimo- polvo ya, el agua ausente, resucitó en mis ojos para verte?”

Richard Wilson A. Managua, Nic. Agosto del 2018

sábado, 1 de septiembre de 2018


Lunes 3 de septiembre del 2018
EL DÍA DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE NICARAGUA

¿Sabes qué es la Carta Magna, la Máxima Norma, la Ley Fundamental, o la Ley Fundacional? Pues, no es otra cosa que la Constitución Política.

En un Estado Social de Derecho, donde la Ley es la que impera, la Constitución Política contiene un texto casi sagrado; pero en una nación donde toda norma se irrespeta, es un texto impreso en papel enrollado.

Como concepto general se puede decir que la Constitución Política, es la ley que contiene los fundamentos generales de Derecho por los cuales se rige la nación, sin importar si esta se estructura como un país con un orden republicano, como un reino, o como imperio; y sin importar si su sistema es presidencialista o parlamentario, o mixto.

Nicaragua, como republica regido bajo un sistema presidencialista, por supuesto que tiene su Constitución Política. Pero, a través de su historia ha dejado tan en evidencia su debilidad institucional, que nuestra Constitución Política (entendida esta como el texto fundacional o constitutivo del Estado, desde su independencia de España, hace 197 años), fue promulgada 17 años después de firmada la tan celebrada Acta independencia el 15 de sept. De 1821. Y desde ahí arrancamos mal como nación, pues, la bendita Constitución Política, desde entonces ha sido tomada como un trapo viejo que se hace y se deshace según se le antoja al gobernante de turno. Tanto es así, que desde su independencia hasta el día de hoy, en Nicaragua se han promulgado 20 textos conteniendo la Carta Magna (a un promedio de uno por cada diez años), se han hecho al menos 10 remiendos, perdón, reformas constitucionales. O sea que como nación, somos un desastre en definir lo que queremos y cómo lo queremos. Y lo peor es que las Constituciones que se han hecho, no han sido respetadas por nadie.

La actual Constitucional, vigente desde el año 1987, ya ha sufrido 6 reformas. (Y sigue el rancho ardiendo.).

Aun con todo y aquello, como de buenas intenciones esta adoquinado el mar, el 26 de septiembre del año 1995, la Asamblea Nacional de Nicaragua promulgó la Ley 201, denominada “Ley de Promoción de los Derechos Humanos y de la Enseñanza de la Constitución Política”. Y esta ley, en su artículo 2, dice: “Declarase día de la Constitución Política de Nicaragua, el primer lunes del mes de septiembre de cada año, las escuelas y colegios del país dedicarán ese día al estudio y enseñanza de la Constitución Política. Y además, señala (art. 1) que la Constitución Política y los Derechos Humanos serán materia de enseñanza obligatoria en la educación preescolar, primaria, educación media y técnico vocacional. Agregando asimismo (art. 5) que las instituciones de la Educación Superior (universidades) podrán elaborar un plan de promoción y estudio de la Constitución Política y los Derechos Humanos; como también deben hacerlo los centros de estudios militares y policiales del país. Y establece que (art. 6) “Los medios de comunicación, como parte de su función social, para contribuir al desarrollo de la nación, tienen la responsabilidad de establecer acciones de divulgación y programas que promuevan la enseñanza de la Constitución Política y de los Derechos Humanos.

Nótese que esta ley (201) bien intencionada, liga de modo indisoluble la Constitución Política y los Derechos Humanos… a fin de promoverlos y estudiarlos para su debida obediencia y observación. Pero en nuestra nación ¿Cuánto se sabe de esto? ¿Será por eso que se irrespetan tanto aquellas dos entidades del Derecho?

No perdamos de vista que muchas veces no son las leyes las deficientes o excesivas, si no quienes están en el deber promocionarlas y observarlas.

¿Qué hará Nicaragua este lunes 3 de septiembre del 2018 para enaltecer su Constitución Política y sus Derechos Humanos?