jueves, 28 de junio de 2018



DESPUÉS DE TODO…

Mi voz es el arma
y mis palabras las municiones.
Es todo cuanto puedo dispararte.
Pero vos, en vez de escuchar mis razones
y rebatirlas con argumentos,
en plato fuerte me envías los envenenados caramelos
y los estertores de tu ametralladora.
Yo dormiré tranquila
y sobre mí nacerá un roble
con perpetuas flores,
en cambio, esos caramelos, llenos de hiel
a vos retornarán temprano
y amargarán tus pasos para siempre;
y, por si te arrepientes,
quizás hasta te ayuden a expiar tus penas.
Pero, aún con todo,
será inhóspita y desértica
la superficie de tu última morada.
  

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